La autopista aérea para bicicletas más grande del mundo: la iniciativa que ingresó al MOP para conectar los principales parques del río Mapocho
El proyecto estima una millonaria inversión para unir la comuna de Vitacura con Santiago Centro a través de 10 kilómetros de pistas.
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El arquitecto Gustavo Domínguez es fanático de transportarse en bicicleta. Desde hace varios años tenía en la mente diseñar un proyecto de ciclovía que pasará por las principales arterias de la Región Metropolitana y no fue hasta que se cruzó con Eduardo Koffman de la consultora Ikons ATN que esa idea se concretó.
El martes 15 de noviembre ingresaron al Ministerio de Obras Públicas (MOP) una iniciativa privada que conecta los siete parques principales de la ladera del río Mapocho, con una solución mixta entre ciclovía en tierra y puentes aéreos. El proyecto requiere una inversión de US$ 130 millones para unir mediante 10 kilómetros de extensión desde el Parque Bicentenario hasta el Parque de los Reyes.
“Este proyecto persigue la demanda de los ciclistas de la ciudad de Santiago, porque hasta ahora las pistas no atraviesan los puntos más frecuentados. Es una solución híbrida entre puentes colgantes e infraestructura por tierra, ya que así baja considerablemente los costos de construcción. Este proyecto es 50% por aire y 50% tierra y cuenta con una fluidez de conducción de 9 kilómetros sin parar, lo que permite que la iniciativa sea rentable”, apuntó Domínguez.
De materializarse, el proyecto Cicloparques Río Mapocho será la infraestructura aérea para bicicletas más larga del mundo, ya que en ciudades como Copenhague (Dinamarca) o Xiamen (China), ya cuenta con estas soluciones pero en una escala de hasta 7,6 kilómetros.
Los detalles del proyecto
De acuerdo a Domínguez la iniciativa viene a resolver los accidentes de tránsito que produce la falta de pistas en Santiago. De acuerdo a sus cálculos, en la ciudad hay cerca de 4 mil incidentes anuales, muchos de ellos en los ejes de Tobalaba, Parque Forestal y Estación Mapocho por carencia de vías exclusivas.
El consultor Eduardo Koffman se encargó de los cálculos para construir el proyecto y estimó que tiene una alta rentabilidad social. Esto se debe a que el proyecto pasa por las principales vías de demanda e implicará que un flujo relevante de personas abandonarán sus automóviles y se trasladarán en bicicleta, impulsando la disminución en los tiempos de viaje y otras externalidades positivas.
Koffman además explicó que el proyecto genera una rentabilidad social muy alta, porque prevé una rentabilidad por sobre la inversión de US$ 260 millones. Esto se debe principalmente por el ahorro de congestión, accidentes, emisiones de CO2 y de material particulado, así como ganancias en tiempo de viaje al generar una vía más expedita.
“Este cambio cultural permitirá en una primera fase del proyecto reducir 150.000 toneladas anuales de CO2, y luego 450.000 toneladas anuales de gases efectos invernadero, lo que equivale a que exista un parque de 300 hectáreas de bosque en el centro de Santiago”, expresó Koffman.
El modelo de negocio que se presentó al gobierno es una concesión que se basa en pagos por disponibilidad. Esto significa que al usuario no se le cobra una tarifa, sino que el operador cobra directamente al Estado por el servicio sujeto a medidas de calidad, similar a la concesión de la Plaza de la Ciudadanía o la del Complejo Fronterizo Los Libertadores.
La iniciativa ofrece una duración del contrato de 20 años que incluye 2 años para la construcción más 18 años para el período de operación y mantenimiento. Los pagos están pensados en reajustarse en UF, y pueden ser complementados con ingresos adicionales.
La infraestructura de la ciclovía aérea está pensada para incluir más servicio como arriendo de estacionamiento para bicicletas, tótem de autoservicio para reparación, además de espacios para locales comerciales como cafés y tiendas de conveniencia.
Por normativa, el MOP tiene 45 días hábiles para declararlo de interés público, pero de acuerdo a Koffman el proceso podría extenderse. De hecho, su consultora tiene un memorandum de entendimiento vigente con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que está interesado en apoyar con financiamiento de los estudios definitivos una vez se apruebe.
Si la cartera de Juan Carlos García prioriza el proyecto se podría licitar a fines de 2023 y adjudicar a marzo 2024 para partir los trabajos a mediados de ese mismo periodo.